ENTRE EL DESPRECIO A NUESTRA INTELIGENCIA Y EL «APRECIO» A NUESTRA ANATOMÍA
La Secretaria General del PFAC, Puri Liétor, escribe sobre las dificultades, desprecio y acoso que han sufrido y sufren las mujeres en el ámbito de la ciencia y la educación universitaria.
”La igualdad es transversal y, por lo tanto, todos los ministerios están concernidos. No hay un solo ministerio que no tenga que asumir la igualdad como un objetivo.” Esta frase de la actual Ministra de Igualdad, Ana Redondo, sirve de punto de partida al artículo porque, aunque sería lo deseable, eso nunca fue lo que hizo el Gobierno anterior ni lo está haciendo éste.
El pasado día 11 de febrero, con motivo del Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, ni el Ministerio de Igualdad ni el de Ciencia, Innovación y Universidades abordaron un tema como las denuncias de acoso sexual dentro del CSIC y los fallos en los protocolos que denuncian las víctimas. Éstas quedan en total desamparo y los acosadores, impunes.
Un asunto tan grave, merecía una mención.
Es histórica la oposición y conocida la oposición del acceso a la comunidad científica de las mujeres por parte de sus homólogos varones. Una de las más brillantes científicas españolas, Margarita Salas, lo sufrió en primera persona.
”El modelo de socialización humana se ha articulado desde el androcentrismo, en el cual las capacidades intelectuales de las mujeres han sido negadas y/o minusvaloradas”.
Puri Liétor
Es cierto que tenemos que retroceder a finales del siglo XIX, pero no podemos olvidar a las pioneras universitarias recibidas a pedradas por sus compañeros.
Si bien no son piedras físicas, no es menos dañina la vivencia de mujeres en universidades y centros de investigación españoles, donde la precariedad laboral y el poder del acosador hacen muy difícil la denuncia y, cuando ésta ocurre, que encuentren apoyo. Recuerda en este artículo Puri Liétor los testimonios recogidos por Ángela Bernardo Álvares en ‘‘Acoso. #MeToo en la ciencia española’, publicado en octubre de 2021. El caso más extremo es la desaparición de una trabajadora en un barco adscrito al CSIC donde se encontró con su acosador. Otro fallo de los protocolos.
El desprecio hacia la valí intelectual de las mujeres, mientras reciben acoso sexual de su entorno, es una muestra mal de la desigualdad estructural entre mujeres y hombres que está presente en nuestra sociedad.
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